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En lo que respecta a los elementos importantes del autoconocimiento, nos gustaría decir que conocer el tipo de piel es quizá uno de los datos más útiles que se pueden tener. El tipo de piel es algo muy real y extremadamente útil a la hora de elegir productos y crear una rutina de cuidado de la piel eficaz.
Conocer su tipo de piel le permite comprender mejor qué productos beneficiarán a su piel y cuáles pueden acabar haciéndole más daño que bien, dice el dermatólogo certificado Aanand Geria, MD. "La mayoría de los productos de venta libre para el cuidado de la piel no son de 'talla única', por lo que conocer su tipo de piel le permitirá elegir los productos e ingredientes que mejor se adapten a las necesidades de su piel y tratar los problemas existentes y prevenir los futuros", explica.
¿Cuáles son exactamente las diferencias entre los distintos tipos de piel y cómo deben tratarse? A continuación, Geria, junto con los dermatólogos certificados Christina Chung, MD, Hadley King, MD, y Geeta Yadav, MD, opinan. Además, comparten una forma muy sencilla de determinar exactamente qué tipo de piel tienes.
Conozca al experto
"La tipificación de la piel consiste en comprender cómo es tu piel de forma natural en cada momento", explica Chung. "Cada persona tiene un marco biológico diferente para su piel y está genéticamente programada para producir distintos niveles de grasa". Este es el principal criterio que determina tu tipo de piel. Cabe mencionar que, aunque el tipo de piel viene determinado principalmente por la genética, King afirma que también pueden influir en él otros factores. Por ejemplo, ciertos medicamentos, la edad e incluso el medio ambiente/clima pueden afectarlo.
La clave está en que cada tipo de piel tiene unas necesidades diferentes, por lo que conocerlas mejor y elegir los productos adecuados hará que su cutis luzca y se sienta bonito.
"Quizá el mayor error que comete la gente al determinar su tipo de piel es no evaluar la piel en su esencia", dice Yadav. Por ejemplo, que tengas un brote repentino no significa que seas propenso al acné, y que tu piel se reseque en invierno no significa necesariamente que tengas la piel seca.
Para determinar con precisión la línea de base natural de tu piel, prueba esta sencilla técnica recomendada por los expertos. Lávate la cara (con un limpiador suave y delicado), sécala y no te apliques ningún otro producto. Espera 30 minutos y evalúa el aspecto y el tacto de tu piel. "Si te brilla toda la cara, probablemente tengas la piel grasa. Si sólo brilla en la zona T, tienes piel mixta. Si notas la piel tirante y apagada, tienes la piel seca. Y si está muy irritada y molesta, tienes la piel sensible", explica Yadav. Sí, así de sencillo.
Siga leyendo para obtener información más detallada sobre cinco tipos de piel diferentes.
"La piel grasa suele tener un aspecto brillante debido a la producción excesiva de grasa", señala Yadav. Y añade que el exceso de grasa puede hacer que los poros parezcan más grandes y prominentes. (Nota: aunque los brillos y la grasa no deseados tienden a concentrarse en la zona T, pueden extenderse por todo el rostro en las personas con piel grasa).
A la hora de elegir los productos, uno de los mayores errores es creer que la piel grasa no necesita hidratación", afirma Geria. Esto es totalmente falso: la ir a no obstante, es necesario utilizar una crema hidratante. La clave está en elegir el tipo adecuado; en concreto, lo mejor es optar por fórmulas no comedogénicas, ligeras y libres de aceites. Añade que los limpiadores espumosos, que eliminan eficazmente el exceso de grasa, también son buenos para añadir a la rutina.
Los rasgos comunes de la piel seca son un aspecto apagado, descamación e incluso sensación de tirantez o incomodidad", explica Yadav. ¿El antídoto? Aportar tanta hidratación como sea posible. Eso significa utilizar productos que contengan una combinación de humectantes, ingredientes que atraen agua a la piel, y emolientes, ingredientes que ayudan a sellar, suavizar y alisar la superficie de la piel, explica.
Consejo: busca hidratantes en tarro, que suelen ser más ricos que los de bomba, sugiere Chung. En cuanto a los limpiadores, King aconseja evitar los jabones, ya que pueden despojar a la piel de sus aceites naturales y dejarla aún más seca. En su lugar, recomienda buscar limpiadores cremosos sin jabón o aceites, leches o bálsamos limpiadores.
Como su nombre indica, este tipo de piel presenta algunas de las características de las dos anteriores, con algunas zonas que tienden a la grasa y otras a la sequedad. Lo más frecuente es que las mejillas y la zona perioral tiendan a ser secas y la nariz y la frente más grasas", dice Chung.
Es ciertamente difícil encontrar los productos adecuados para este tipo de piel. Utiliza un limpiador suave y delicado, y aplica distintas fórmulas en las diferentes partes del rostro. Por ejemplo, usa cremas hidratantes más ligeras y sin aceites en la zona T y más cremosas en las mejillas, dice Chung. "Sigue un régimen de cuidado de la piel suave en general, pero ten en cuenta las necesidades de tu piel y ajusta tu rutina diaria en consecuencia, alternando productos para darle a tu piel lo que necesita ese día", aconseja Yadav.
Las personas con piel propensa al acné tienden a tener una textura grumosa debido a los puntos negros y blancos y a brotar con facilidad, dice Chung. "También se produce inflamación de la piel, que va de la mano de los brotes", añade Yadav.
Existe un cierto solapamiento entre las pieles grasas y las propensas al acné; después de todo, el exceso de grasa es un factor clave que contribuye a la formación de granos e imperfecciones. Así que se aplican las mismas reglas a la hora de elegir cremas hidratantes ligeras y no comedogénicas y limpiadores espumosos. Pero King dice que también puedes añadir productos que contengan ingredientes como ácido salicílico, peróxido de benzoilo y retinoides, todos ellos útiles para prevenir y tratar el acné.
Según Geria, a menudo las personas se sitúan erróneamente en esta categoría. Su piel reacciona a un ingrediente fuerte -piensen en algo como el ácido glicólico o el retinol- y asumen que su piel es sensible; en realidad, es sólo que se trata de un ingrediente fuerte al que su piel aún no ha desarrollado tolerancia, y eso puede ocurrirle a cualquier tipo de piel", afirma. Si realmente tienes la piel sensible, se calentará, enrojecerá, te picará y/o se irritará con cosas como la ducha, el ejercicio e incluso con productos suaves para el cuidado de la piel. A las personas con piel sensible también se les suele diagnosticar eccema, rosácea o dermatitis, añade.
Seguir los mismos criterios de productos que la piel seca es bueno, ya que a menudo hay un solapamiento entre ambas (acreditar una barrera cutánea comprometida, que puede contribuir tanto a la sequedad como a una mayor sensibilidad). Pero también querrás optar por fórmulas sin perfume y por las que suelen tener listas de ingredientes más sencillas y mínimas; cuantos menos ingredientes, menos probabilidades hay de que alguno de ellos irrite.
Conocer tu tipo de piel puede ser la mejor manera de encontrar productos que realmente te funcionen. Aunque piense en ya sabes cómo es, ten en cuenta que puede cambiar con el tiempo... que estuvieras gorda a los 16 no significa que sigas estándolo a los 36... así que vale la pena probar la técnica del bricolaje rápido para reevaluar la situación.
